La ansiedad es una respuesta orgánica y funcional, adaptativa y NECESARIA para poder desarrollar de manera adecuada nuestra vida. De hecho, es uno de los recursos que podemos tener a nuestra disposición para aprender, ser productivos, y evolucionar. Desde ese punto de vista, tenemos que cambiar el chip en cuanto a querer curar la ansiedad. La ansiedad no hay que curarla. Otra cosa muy diferente es RESOLVER los trastornos que produce el que esa respuesta orgánica sea desmesurada, desproporcionada y desajustada en relación con lo que se está viviendo.

Las respuestas desproporcionadas pueden producirse de maneras diferentes. Se estudia de manera constante cuáles y cuántas son, y se proponen tratamientos para poder resolverlas y devolver nuestra ansiedad a lo que es adecuado y proporcional en respuesta a lo que vivimos.

Estas maneras diferentes, actualizadas a este año por la Asociación Americana de Psiquiatría (APA), serían las siguientes:

  • Ansiedad por separación
  • Mutismo selectivo
  • Fobias específicas
  • Ansiedad social
  • Trastorno de pánico
  • Agorafobia
  • Ansiedad generalizada
  • Ansiedad inducida por consumo de sustancias y/o medicamentos
  • Ansiedad debida a otros cuadros médicos

Cada una de ellas tiene sus líneas de tratamiento específicas, ya que son muy diferentes unas de otras. Todas esas líneas de tratamiento están basadas en la evidencia científica, y todas ellas necesitan analizarse y evaluarse de manera adecuada.

Ese análisis y evaluación es delicado, porque implica revisar nuestra historia y nuestra manera de estar en el mundo, y construir a partir de ahí. No es lo mismo tratar una fobia específica, que una ansiedad generalizada, o una ansiedad inducida por consumo de sustancias y/o medicamentos. También es fundamental realizar un análisis funcional. El análisis funcional implica hacer un mapa de factores y circunstancias que pueden concurrir o haber precedido a aquellos momentos en los que se producen las crisis de ansiedad, así como aquellos momentos en los que comenzamos a sentir ansiedad de manera desproporcionada.

Tanto el análisis funcional como la evaluación, son procesos delicados, lo que implica que tenemos que ser delicados con nosotros mismos, y cuidadosos. Por eso es fundamental informarse y  decidir en manos de quién nos ponemos, porque esas manos van a sostener nuestra historia y nos van a sostener a nosotros, en el proceso de resolver nuestras dificultades.

En este sentido, nosotros te podemos ayudar, tanto en tu sostén, como en la seguridad de que conocemos y aplicamos las técnicas más adecuadas para tí. Si consideras que te podemos ayudar, puedes ponerte en contacto con nosotros aquí.

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